La creatividad se encuentra estrechamente relacionada con la salud. Es en el seno de nuestra familia donde aprendemos, desde niños, a enfrentar los diferentes desafíos que la sociedad nos impone. Las complejidades laborales, las decepciones afectivas, la insatisfacción por lograr cumplir las metas personales, el equilibrio en la pareja y hasta el propio sentido de la autoestima, se encuentran ligados estrechamente al desarrollo de la creatividad.
Las investigaciones han demostrado, la influencia del aprendizaje creativo para superar miedos, decepciones y dificultades de la vida adulta. Los niños creativos tienen mayores posibilidades de "fortalecerse" y "adaptarse" a entornos diversos, generando ideas que les permiten, mejorar su calidad de vida, y la de su familia.
El talento creativo prospera particularmente, en las primeras etapas del crecimiento (de 0 a 10 años) Esto se debe, a la permanente cantidad de estímulos totalmente nuevos que recibe el niño a diario. Durante estos años, las personas pasamos gran parte del día con nuestra familia. De ahí, la necesidad de fomentar actitudes que permitan expresar nuestros propios puntos de vista, impresiones, sensaciones y, fundamentalmente, permitir la diversidad de personalidades.
Existen dos condiciones básicas para desarrollar la creatividad en la familia.
En 1er lugar la Libertad, pues es necesario que dentro de la familia, cada persona sienta su espacio de libertad para opinar y expresar lo que realmente siente. Y ser libre de ser el o ella misma. Obviamente, esta expresión siempre se hallará sujeta al respeto de los valores de convivencia. El marco de libertad en cada hogar es lo que potencia lo que cada niño es capaz de crear por sí mismo. Ello lo corroboran las vidas familiares de grandes inventores.
Aceptación, abre en cada niño un espacio emocional valioso, que le permite sentirse querido sin temor a ser censurado o descalificado. La "aceptación de sus ideas" por parte de los padres les da el mensaje de que son bienvenidos y son valiosos. Si mamá y papá aprenden a "disfrutar" de la personalidad de cada niño, el proceso creativo fluye y se acelera con los años, en lugar de disminuir con la llegada de la adultez. La aceptación de la personalidad de cada hijo es un proceso que demandará voluntad, apertura mental y una enorme cuota de paciencia.
Pero es que a veces no somos concientes de que ser padre implica entregarnos en sacrificio, renunciando a nuestra comodidad y al deseo inconciente de ser el centro de los afectos, nuestro rol es dar, dar lo más valioso que es el amor de Dios, en ejemplos diarios de vida, lo que nos demanda un alto grado de sensibilidad por las necesidades de nuestros hijos, madurez emocional y de amor activo.
Las investigaciones han demostrado, la influencia del aprendizaje creativo para superar miedos, decepciones y dificultades de la vida adulta. Los niños creativos tienen mayores posibilidades de "fortalecerse" y "adaptarse" a entornos diversos, generando ideas que les permiten, mejorar su calidad de vida, y la de su familia.
El talento creativo prospera particularmente, en las primeras etapas del crecimiento (de 0 a 10 años) Esto se debe, a la permanente cantidad de estímulos totalmente nuevos que recibe el niño a diario. Durante estos años, las personas pasamos gran parte del día con nuestra familia. De ahí, la necesidad de fomentar actitudes que permitan expresar nuestros propios puntos de vista, impresiones, sensaciones y, fundamentalmente, permitir la diversidad de personalidades.
Existen dos condiciones básicas para desarrollar la creatividad en la familia.
En 1er lugar la Libertad, pues es necesario que dentro de la familia, cada persona sienta su espacio de libertad para opinar y expresar lo que realmente siente. Y ser libre de ser el o ella misma. Obviamente, esta expresión siempre se hallará sujeta al respeto de los valores de convivencia. El marco de libertad en cada hogar es lo que potencia lo que cada niño es capaz de crear por sí mismo. Ello lo corroboran las vidas familiares de grandes inventores.
Aceptación, abre en cada niño un espacio emocional valioso, que le permite sentirse querido sin temor a ser censurado o descalificado. La "aceptación de sus ideas" por parte de los padres les da el mensaje de que son bienvenidos y son valiosos. Si mamá y papá aprenden a "disfrutar" de la personalidad de cada niño, el proceso creativo fluye y se acelera con los años, en lugar de disminuir con la llegada de la adultez. La aceptación de la personalidad de cada hijo es un proceso que demandará voluntad, apertura mental y una enorme cuota de paciencia.
Pero es que a veces no somos concientes de que ser padre implica entregarnos en sacrificio, renunciando a nuestra comodidad y al deseo inconciente de ser el centro de los afectos, nuestro rol es dar, dar lo más valioso que es el amor de Dios, en ejemplos diarios de vida, lo que nos demanda un alto grado de sensibilidad por las necesidades de nuestros hijos, madurez emocional y de amor activo.